El accidente cerebro vascular (ACV) es una urgencia médica que sucede al detenerse el flujo sanguíneo cerebral, dando lugar a muerte neuronal. Las enfermedades cerebro vasculares son una causa muy frecuente de hospitalización, muerte y discapacidad, constituyendo en España la primera causa de muerte entre las mujeres y la tercera entre hombres. En nuestro centro de fisioterapia en Logroño contamos con diversas técnicas y servicios de rehabilitación neurológica para el abordaje de secuelas dejadas por un (ACV), nuestros profesionales son expertos y cuentan con una amplia experiencia en la atención de trastornos de tipo neurológico.
Tipos de ACV
Se diferencian dos grandes tipos de ictus: isquémico (85%) y hemorrágico (15%).
-
El ACV isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo irriga al cerebro se bloquea por un coágulo de sangre.
-
Un ACV hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo de una parte del cerebro se debilita o se rompe, lo que provoca que la sangre se escape hacia el cerebro.
Diagnóstico clínico del ictus
Hay 5 signos de síntomas principales que deben advertirnos de la presencia de un ictus:
-
Pérdida de fuerza repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente si es en un lado del cuerpo. Trastorno de la sensibilidad (acorchamiento, hormigueo).
-
Confusión repentina o problemas en el habla o la comprensión de lo que dicen.
-
Pérdida repentina de visión en uno o ambos ojos.
-
Dificultad repentina para caminar, mareos o pérdida de equilibrio o coordinación.
-
Dolor de cabeza fuerte, repentina, sin causa conocida.
Secuelas del ictus
Tras sufrir un ACV puede quedar una discapacidad secundaria que afecte al movimiento en forma de falta de fuerza.
-
Parálisis hemi-plejia: no se puede realizar ningún movimiento con una mitad derecha o izquierda del cuerpo.
-
Hemi-paresia: es posible realizar movimiento, pero con menos fuerza.
Los trastornos visuales también son frecuentes, a veces se produce una pérdida de visión la mitad del cuerpo visual, lo que se denomina hemianopsia.
Trastornos del lenguaje se denomina afasia cuando el paciente es incapaz de comprender y/o emitir un lenguaje adecuado.
Trastornos de la sensibilidad manifestada como hormigueos o falta de sensibilidad del tacto.
La espasticidad en otro problema consiste en una construcción permanente de ciertos músculos. Esto puede ocasionar rigidez, dolor, contracturas y dificultad de algunos movimientos.
Los pacientes que han sufrido un ictus son más propensos a tener caídas, por lo que es importante seguir una pauta de ejercicios para fortalecer la musculatura y mejorar el equilibrio en casa.
Importancia de la rehabilitación precoz del ACV
La rehabilitación precoz debe comenzar tan pronto como sea posible tras el episodio de ictus, una vez que los pacientes se encuentren estables.
La intervención temprana por parte del equipo multidisciplinar puede ayudar a prevenir las complicaciones secundarias tales como la neumonía y la trombosis venosa profunda comúnmente vistas en la primera semana después del accidente cerebrovascular y promover la reorganización cerebral y su recuperación.
Es muy importante evitar el encamamiento prolongado, el cual da lugar a complicaciones, debidas a la inmovilización, realizando un tratamiento precoz basado fundamentalmente en, movilizaciones, cambios de posiciones y en el trabajo de las actividades de la vida diaria, buscando siempre la funcionalidad para el paciente.
Numerosos estudios muestran como un comienzo temprano de la rehabilitación tras un ACV favorece la recuperación de la calidad de vida y reducen los síntomas depresivos, haciéndose imprescindible una intervención fisioterápica domiciliara en esa fase aguda de la lesión.
Por otra parte, las recomendaciones más generales a seguir son:
-
Hacer al menos 30 minutos de ejercicio al día, lo que mejorará el control de su colesterol, HTA y diabetes junto con la medicación necesaria.
-
Mantenerse en una buena nutrición saludable
-
No fumar, ni consumir drogas y limitar la cantidad de alcohol.